sábado, 19 de octubre de 2013

Leer, comprender y aprender



El Capítulo 2: Leer, comprender y aprender, de Isabel Solé, autora del libro Estrategias de lectura[1], ofrece a los lectores de su obra la oportunidad, no sólo de aprender nuevas elementos acerca de estos conceptos y sus relaciones, sino que promueve la introspección y metacognición en el proceso lector que todos y cada uno de nosotros llevamos a cabo al realizar dicha actividad.

¿Qué implica leer? Aproximadamente a partir del cuarto año de vida, el sujeto con desarrollo normal o sin algún tipo de dificultad lingüística o de aprendizaje, habrá adquirido y establecido su lenguaje. Igualmente, atendiendo al tipo o modalidad de escolarización que haya recibido hasta el momento, habrá o no comenzado a iniciarse en la destreza de la lectura y la escritura. Poco a poco y a medida que crecemos, nuestras habilidades expresivas y comprensivas de lectura y escritura mejoran, desarrollamos un mayor control sobre las mismas y las acabamos utilizando de manera automática. 

En esta primera entrada de blog, voy a centrar la atención en la aptitud de comprensión que todas las personas desarrollamos a lo largo de nuestra vida. En cierta manera, cuando nos preguntan si hemos comprendido, todos respondemos sí o no. Pero cuando nos consultan sobre qué nos basamos para justificar nuestra respuesta, se hace silencio y pocos se atreven a responder algo. ¿Qué implica comprender? A continuación intentaré dar respuesta a la siguiente cuestión, sintetizando los contenidos del segundo capítulo del libro.

En primer lugar, es preciso matizar a qué se hace referencia cuando se habla de este concepto. Comprender no hace referencia a extraer, deducir o copiar el significado de un escrito, sino a construir una interpretación acerca del texto que leemos y pretendemos conocer. Por decirlo de alguna manera, el proceso de comprensión implica a diferentes partes:

    a) Por un lado, el texto debe poseer una estructura lógica, una coherencia en su contenido y una organización para la construcción del significado del mismo.

       b) Por otro lado, el sujeto-agente o lector de dicho texto deberá ser activo a la hora de procesar y atribuir significado al contenido del escrito. La atribución de dicho significado, se basará en las ideas previas y redes de conocimientos que cada lector posea.

Dentro del apartado anterior, podrían incluirse dos elementos más c) y d), pero reflexionando sobre los mismos, considero más oportuno incluirlos dentro del apartado b). Los expongo a continuación:
  • Es importante que el lector de cualquier texto u obra tenga claro el por qué o el objetivo de su actividad. Saber la razón por la que hacemos algo da sentido a la tarea que realizamos y, hace que nos impliquemos de una u otra manera.
  • El control de la lectura es un requisito inconsciente, pero esencial para que el lector lea de manera eficaz. Para que el esfuerzo del lector sea productivo y alcance su objetivo, deberá alertarse en caso de que no comprenda aquello que lee y buscar las estrategias pertinentes para comprender.

Los apartados y explicaciones anteriormente mencionadas hacen referencia al proceso lector entendido como objeto de conocimiento (aprender a leer). Por otro lado, la lectura puede ser un instrumento que nos abra las puertas al conocimiento, como instrumento de aprendizaje que es (leer para aprender). 

En la medida que un lector comprende lo que lee, está aprendiendo, puesto que su lectura le informa. No todo lo leído será conocido por su lector, puesto que querer adquirir un nuevo aprendizaje, supondrá no conocer de antemano toda la información escrita. La lectura permite a quien desempeña dicha acción acercarse al mundo del autor y procurarle nuevas perspectivas u opiniones sobre las cosas.

En conclusión, a pesar de que las perspectivas cambian, el trasfondo de los conceptos a los que se hace referencia en este capítulo son los mismos (esquemas de aprendizaje, aprendizaje significativo, etc). Enseñar al alumno ambos procesos favorecerá un aprendizaje de carácter autónomo en diversas situaciones de su vida.

 



ACTIVIDAD para trabajar la Comprensión Lectora: DOMINÓ

Según la etapa en la que se encuentren los alumnos, el contenido de las fichas de dominó será más o menos complejo. Se podrá trabajar de manera individual o en pequeño grupo. 

1º Ciclo (1º y 2º curso): En un lado de las fichas de Dominó aparece escrita una palabra y, en el otro lado, aparece un dibujo que representa las palabras escritas. Los alumnos deberán buscar y colocar la ficha que encaje con la palabra o el dibujo que han elegido. 

En segundo y tercer ciclo, el contenido de las fichas variará puesto que el nivel de conocimiento y de razonamiento es cada vez mayor. 

2º Ciclo (3º y 4º curso): En un lado de las fichas de dominó se escriben las adivinanzas y, en el otro, previamente colocadas de manera estratégica, aparecerán las respuestas. La finalidad de la actividad en este curso será principalmente promover la comprensión y ampliar el vocabulario de los alumnos.

3º Ciclo (5º y 6º curso): En un lado de las fichas de dominó aparecerán preguntas que verifiquen la comprensión del texto leído en clase y, en el otro lado de las fichas, deberán estar la respuesta a las preguntas realizadas. Al igual que en el resto de las etapas, será preciso distribuir las preguntas y las respuestas de manera estratégica para que la actividad resulte.

La actividad de Dominó podrá realizarse en pequeño o gran grupo (agrupamiento). Los recursos y materiales necesarios serán cartulinas, rotuladores, imágenes del vocabulario que se va a trabajar, adivinanzas y textos de comprensión lectora. La evaluación de dicha actividad se llevará a cabo por parte del profesor, quien verificará si la serie de palabra-dibujo, adivinanza-respuesta o pregunta-respuesta es correcta. Durante la actividad el profesor rotará por los diferentes grupos atendiendo las dudas que puedan surgir y para comprobar que todos los alumnos participan en la dinámica.






[1] Solé, I. (2011). Estrategias de lectura. Barcelona: Grao.